La muerte a debate

Bueno, ya va siendo hora de comenzar con las entradas del blog. Soy consciente de que empiezo un poco tarde, pero me propongo ser muy constante.

Aunque ya hayan pasado unas cuantas clases desde que hablamos del tema que voy a comentaros, me parece el perfecto para empezar el blog por varios motivos: el primero de ellos es que me pareció una clase fantástica, sin intención alguna de peloteo hacia mi “profe” y el segundo que es sobre un tema que me ha llevado más de una vez a cuestionarme mis propias ideas y mis principios. Bien no os aburro más y empezamos.

Se abre el telón… “La pena de muerte”

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Qué si sí, qué si no… Obtenemos un amplísimo abanico de opiniones al respecto. Normalmente, la respuesta a la pregunta: ¿Estad usted a favor de la pena de muerte?, depende de donde se pregunte y a quién. Evidentemente no obtendremos la misma respuesta de la mujer de un preso condenado injustamente a muerte en EEUU, de un hombre que estuviera presente en los fusilamientos que se dieron en el franquismo, o de un padre al que han arrebatado a su hija un par de *h**p**. ¿Qué podemos decir que tienen todas esas personas en común? Tienen en común lo que buscan: JUSTICIA, aiii querida ¿dónde te metes últimamente? Digamos que eso es lo que buscan, la mujer a punto de ser viuda, el hombre y el padre. Pero ¿podemos utilizar la pena de muerte como arma de la justicia? y ¿cuáles serian los límites? ¿quién determinaría si el delito es o no, suficientemente grave como para llevar al responsable al corredor de la muerte?

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Aun recuerdo el documental que vimos ese día en clase. Nos mostraba a unos presos, pobrecitos ellos, enfrentándose a un calendario que tenía los días contados. Salían llorando y sus familiares con un “no es justo” tatuado en los labios. Muchos de ellos estaban ahí por asesinato, se arrepentían… claro que sí. Como para no hacerlo. Y a las familias de las victimas ¿qué? ¿qué las decimos? Oye mira tal, que el hombre se siente fatal. Las cosas no son así.

Pero además el documental también nos ofrecía otra visión, otro prisma de la pena de muerte. Hombre de color. Robusto, grande. Familia de clase media baja. Momento equivocado. Lugar equivocado. Condenado a muerte por el asesinato de un agente de la ley y el intento de robo a un banco. ¿Pruebas? Cero. El juicio aplazado aproximadamente unas 6 veces por falta de evidencias. ¿Qué pasa con ese hombre? Os diré que pasa con él, que a veces solo buscamos a un culpable de las cosas que pasan y nos da igual si en verdad es culpable o no, el caso es encasquetarle a alguien el marrón y hacernos los locos, sentarnos en el sofá diciéndonos a nosotros mismos que lo hemos hecho bien, que hubo un delito y hay un culpable, que la familia de ese policía estará tranquila porque se ha vengado su muerte. Sangre con sangre ¿no? (ojo, que melodramático ha quedado eso). Pues bien, las cosas tampoco son así.

En Estados Unidos se ejecutaron el año pasado a 43 personas. Con que una de ellas fuera inocente, ya no estaríamos hablando de justicia.

Y es que la pena de muerte es un arma de doble filo. En mi más humilde opinión he de deciros que he tenido a lo largo de los años muchas dudas sobre en qué lado posicionarme, si a favor o en contra. Algunos podréis pensar que se trata de un pensamiento sádico, otros de un pensamiento de alguien con la misma capacidad intelectual que un pepinillo. Pero sí, cuando veo las noticias muchas veces he pensado en que ojala pagaran con su vida todos aquellos que se creen con el poder de arrebatar una. Pero luego recapacitas y piensas que no se haría justicia, no así, y que con esa medida se podría perjudicar injustamente a personas inocentes o a personas cuyos delitos no valen una vida, aunque si unos años entre barrotes.

Y siendo un poco más cruel aún, pienso que es mucho peor una eternidad entre rejas, sin pisar la calle, ni ver a tus seres queridos, que una muerte cómoda en una camilla.

Este tema da para sacar muchos pequeños temas a su alrededor. Temas que salieron a la luz en el debate que tuvo lugar en mi clase después de ver el documental. Muchos de mis compañeros afirmaban que la culpa del gran índice de delincuencia en EEUU la tenía la educación y el entorno al que estaban  expuestos algunos ciudadanos, sobre todo los que a barrios latinoamericanos se refieren. Otros hacían hincapié en que la pena de muerte no era válida puesto que el objetivo de la cárcel es reinsertar al preso en la sociedad y no castigarle. ¿Perdón? Ahí no me queda más opción que discrepar (y este tema me daría para escribir otro post). Hay personas que no tienen que reinsertarse, simplemente,  por los crímenes que han cometido no tienen el DERECHO  a reinsertarse. Claro que eso es únicamente  mi humilde opinión…

Y ahora bien…¿Qué opináis vosotros?

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Aquí os dejo el enlace a algunos documentales de interés que hablan de la pena de muerte.

https://www.youtube.com/watch?v=NEYJbGvB4Uw

 

https://www.youtube.com/watch?v=4_J2phCnAcE

 

 

 

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